Un cuento con final ¿feliz?

El otro día asistí a una excursión en la Devesa del Saler. Para aquellos que no lo sepan, la Devesa es paraje natural protegido situado a unos diez kilómetros de Valencia, entre el Parque de la Albufera y el mar, que tiene unos 16 km de largo y dos de ancho. Se trata de un bosque mediterráneo formado mayoritariamente por pinos y vegetacion local que crece sobre las dunas. Un lugar muy bonito y que los valencianos se enorgullecen de mantener y tener cerca.

Pero hubo un día en que eso no fue así.  Hubo un día, hace ya unas décadas, que la administracion pública decidió convertir la Devesa del Saler en un complejo turístico con autovía directa desde Madrid. Sí, sí, como lo leen, con autovía directa que iba por lo que hoy son «Los jardines del río Turia», atravesando la mitad de la ciudad, para llegar hasta el maravilloso complejo turístico.

Afortunadamente sucedió algo insospechado; coincidiendo con la alerta pública que Félix Rodriguez de la Fuente realizó sobre la situación de la Devesa,  en Valencia se creó un movimiento social de tal envergadura y tan revindicativo que el poder político tuvo que suspender el plan de urbanización del Saler. Asociaciones, colegios profesionales, facultades universitarias, periodistas, ciudadanos a título individual… los diarios reflejaron durante casi 10 años la polémica abierta entre aquellos que deseaban conservar la Devesa como bosque mediterráneo y aquellos que deseaban transformarla en un completo resort. Fue quizás el primer movimiento social ecologista en la España de Franco. Esta vez se ganó la batalla. Pero llegó tarde.

Los destrozos y la construcción ya habían hecho mella especialmente en la parte norte de la zona. Dunas arrasadas y vendidas su arena a cementeras y constructoras,  29 edificaciones de más de doce plantas ergidas sobre el horizonte del bosque, un lago artificial para la construccion de un embarcadero de yates con una isla en el centro para un casino y un hotel de lujo, un campo de golf, además de kilómetros y kilómetros de carreteras, alcantarillas, tuberías…  Una gran inversión de dinero para destrozar, una cantidad ínfima para recuperar.

¿Y cómo recuperar las dunas?, ¿cómo recuperar los bosques, la vegetación?, ¿qué hacer con las moles construidas? Aquí comienza un largo camino que, con pocos recursos económicos y muchas ganas de hacer las cosas bien, lleva acabo un equipo perteneciente al Ayuntamiento de Valencia para restaurar, en la medida de lo posible, los males creados con proyectos como Seducción Ambiental financiados por el programa europeo LIFE.

devesa2
Imagen actual de la Devesa

La naturaleza es sabia y ha sabido aprovechar los elementos que le han facilitado para regenerarse. Todavía queda mucho por hacer,  algunas cosas ya no tienen arreglo -como los torreones de viviendas «a lo Benidorm» que hasta que no se declaren en ruinas nada se puede hacer- y otras que se pueden arreglar, no hay fondos para ello -como retirar el material pesado del fondo del lago.

Injusticias políticas que pagamos todos. Se ganó una batalla; se recuperó un paraje natural hoy declarado protegido por las mismas administraciones públicas que lo destruyeron. Pero no nos relajemos porque  en la Comunidad Valenciana habrá más batallas.  El Cabanyal es una de ellas.

Pero ése es otro cantar. Mejor otro día.

Contacto: Puedes escribirnos a hola@somosquiero.com y compartir en tu redes:

Artículos Relacionados

Comments (3)

  • Interesantísimo post, Sheila.

    Yo curiosamente soy de Valencia, con lo que he vivido toda la vida la polémica del Saler y, para más inri, me crié en el barrio del Cabanyal.

    Hay partes del Saler que ya no tienen vuelta atrás, pero en ese aspecto se ha logrado más de lo que muchos pensaban, con el apoyo de la UE. Es una zona emblemática de Valencia y parece que lo seguirá siendo.

    De lo que no puedo decir lo mismo es de mi barrio natal. Parece ser que, aunque lenta, la maquinaria burocrática sigue dando pasos para poder cumplir el plan de expropiación y derribo, cargándose por completo la parte vieja del barrio marinero por excelencia de Valencia y quitándole a la ciudad la parte de encanto mediterráneo que todavía tiene en esa zona costera. Sólo para meter un pedazo de avenida de tres pares de narices y que todo el mundo vaya en coche a la playa en tiempo récord.

    No obstante, esta lucha lleva ya muchos años y otros tantos que le quedan, parece.

    Saludos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


¿Hacemos?

    Responsable: Quiero Salvar el Mundo Haciendo Marketing S.L Finalidad: Gestionar su solicitud de contacto. Legitimación: Consentimiento del interesado; Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo en los casos en que exista una obligación legal. Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la política de privacidad de la web. Información adicional: Puede consultar la información adicional y detallada sobre política de privacidad.

    Protección de Datos
    ecomputer logo

    Si te apetece estar al tanto de las cosas que «trasteamos» desde Quiero.